sábado, 26 de septiembre de 2015


Primeros 10 minutos:
10 cucharadas de azúcar golpean tu cuerpo, 100% del total recomendado diariamente. No vomitas inmediatamente por el dulce extremo, porque el ácido fosfórico corta el gusto.

20 minutos:
El nivel de azúcar en la sangre explota, provocando un chorro de insulina. El hígado responde transformando todo el azúcar que recibe en grasa (Es mucho para este momento en particular).

40 minutos:
La absorción de cafeína está completa. Tus pupilas se dilatan, la presión sanguínea sube, el hígado responde bombeando más azúcar en la corriente sanguínea. Los receptores de adenosina en el cerebro son bloqueados para evitar mareos.

45 minutos:
El cuerpo aumenta la producción de dopamina, estimulando los centros de placer del cuerpo. (Fisicamente, funciona como con la heroína.)

50 minutos:
El ácido fosfórico empuja calcio, magnesio y zinc para el intestino grueso, aumentando el metabolismo. Las altas dosis de azúcar y otros edulcorantes aumentan la excreción de calcio en la orina, o sea, está orinando sus huesos, una de las causas de la OSTEOPOROSIS.

60 minutos:
Las propiedades diuréticas de la cafeína entran en acción. Orinas. Ahora está garantizado que eliminarás más calcio, magnesio y zinc, de los cuales tus huesos necesitarían.
A medida que la onda baja sufrirás un choque de azúcar. Te pondrás irritado. Ya habrás eliminado todo lo que estaba en el refresco, pero no sin antes haber eliminado junto, cosas de las cuales necesitará tu organismo.

¿Y esto se lo dan a beber a los niños? Por eso existen a tan corta edad niños con diabetes y obesidad, EVITA darles refresco de premio porque se terminaron su comida (hamburguesas, hotdog, pizza, torta ahogada) especialmente COCA. ¿de verdad amas a tus hijos?

Una de las cosas malas que tienen los refrescos es que NO TIENEN nada de bueno: Contienen CERO proteínas, CERO minerales y CERO vitaminas. Los refrescos NO alimentan ni acaban con la sed.

He leído que en poco más de veinte años, México se convirtió en el segundo país que más refrescos gasificados consume, (quien va a la delantera es Estados Unidos) y el primero en América Latina con más problemas de obesidad y diabetes entre niños y jóvenes.

Es sorprendente. A pesar del enorme daño a la salud que ocasionan estás bebidas –lo cual ya está clínicamente comprobado- los mexicanos las seguimos consumiendo sin ninguna pena. Existe un promedio de consumo de cuatro sodas diarias. Desde hace varios años, los médicos han encontrado una relación directa entre la ingestión de refrescos y el aumento alarmante en el índice de algunas enfermedades degenerativas.

Si piensas que beber refrescos gaseosos es un hábito inofensivo te invito a que cheques esto y empieces a tomar medidas precautorias.

Hace décadas, las primeras sodas embotelladas se elaboraban con azúcar pura y natural. Hoy día, las que nos anuncian son mucho más dañinas ya que se elaboran con productos muy procesados como el jarabe de maíz (diez veces más potente y adictivo que el azúcar pura de caña). Y para acabarla de amolar, en nuestros días la gente bebe diez veces más refrescos que hace diez años.

Los edulcolorantes añadidos no son los únicos ingredientes adictivos ya que muchas bebidas de cola contienen cafeína. Los adeptos a los refrescos no se detienen a pensar que su consumo causa deficiencias nutricionales graves ya que interfieren en la absorción de vitaminas y minerales. Un refresco enlatado contiene unas 10 cucharillas de azúcar, 150 calorías y de 30 a 55 miligramos de cafeína además de colorantes artificiales y sulfitos. Todo esto los convierte en una bebida muy dañina para la salud sobre todo cuando se consume con regularidad. En el año 2000 las investigaciones publicadas en “Archives of Pediatric and Adolescent Medicine” mostraron que los consumidores de estas bebidas presentaban niveles muy bajos de calcio, magnesio y vitamina A. En los últimos años su consumo entre los más pequeños se ha duplicado en los países occidentales.

Una práctica terrible muy generalizada entre la población es que los padres dan de beber soda a sus bebés en el biberón, quizás sin saber que les están dando literalmente VENENO a sus hijos que tanto aman.

Los problemas con estos productos no acaban aquí. Autoridades de Salud han analizado más de 100 marcas de refrescos y cinco de ellas contenían elevados niveles de benceno: una sustancia química cancerígena responsable de ocasionar leucemia. El benceno suele formarse en bebidas que contienen vitamina C (Acido Ascórbico) y los conservantes benzoato sódico o benzoato potásico. La exposición al calor y a la luz repercute en la formación de benceno.


Como vemos, los refrescos representan “demasiadas” amenazas potenciales contra la salud. Junto a su marca se les puede añadir la coletilla de “osteoporosis en bote”, “diabetes en lata” o “cáncer en botella”. Lo mismo es aplicable a los refrescos de cola “light” bajos en calorías ya que aunque el azúcar se sustituya por endulcolorantes no calóricos como el ciclamato, el sacarino o el aspartame, éstos son mucho más peligrosos que el azúcar.

Al igual que otras adicciones, la generada por los refrescos no se puede superar fácilmente. Es preciso proceder escalonadamente para desengancharse. Si la adicción es muy fuerte, se puede buscar ayuda psicológica.

Algunas verdades a tener bien presentes acerca de los refrescos:

1.- No quitan la sed sino que la aumentan, después de uno viene otro y otro.
2.- Es preferible comprar un jugo en botella de cristal. Jugos o sodas en lata de aluminio son la muerte, ya que este metal se filtra en la bebida y está relacionado con la formación de placas de Alzheimer en el cerebro.
3.- La azúcar refinada que contienen sólo acaba con los dientes y provoca arterioesclerosis.
4.- Sus calorías ocasionan obesidad.
5.- El gas carbónico es adictivo y acidificante por lo que irrita el estómago y produce gastritis.
6.- los saborizantes y colorantes artificiales provocan inicialmente alergias, y después cálculos en el riñón o vejiga o cáncer de algún tipo.
7.- El ácido fosfórico –que es lo que usan los mecánicos para aflojar tuercas y tornillos- causa úlceras y acaba con la dentadura. De hecho se cree que los refrescos de cola llevan a los jóvenes al consumo de otras drogas.
8.- El continuo consumo de refrescos vuelve a los niños hiperactivos, obesos, malos estudiantes y desnutridos.

Lo mejor será volver a lo natural y cuando se presente la sed, disfrutar una rodaja de melón o de sandia o de cualquier otra fruta que tenga altos contenidos de agua, una fresca limonada con azúcar de caña o miel o una hierba refrescante en infusión como la menta. Todo esto si que nos quita la sed y lo que es más importante, no enfermará ni nuestro cuerpo, nuestra mente, ni nuestro bolsillo.

Tomar un vaso de agua natural, acción que hoy no es tan natural, eso siempre nos menguará la sed y obrará importantes beneficios para el funcionamiento de nuestro organismo.

Piensa en eso antes de beber refrescos.
Si no puedes evitarlos, ¡modera su ingestión!
Prefiera jugos naturales.
¡Tu cuerpo agradece!

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